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¿Cuál es el origen del pan de muerto?

por Monchys Pastelería en Oct 30, 2023

¿Cuál es el origen del pan de muerto?

Pan de muerto: Tesoro culinario mexicano

El aroma dulce y seductor del pan recién horneado llena el aire en México cuando se acerca el 2 de noviembre; en este día, las panaderías de todo el país se convierten en un crisol de tradiciones y sabores.

¿El protagonista indiscutible? El pan de muertos, una deliciosa y emblemática creación que se ha convertido en todo un tesoro culinario por contar con una riqueza en sabor, historia y legado.

¿Cuál es el origen del pan de muerto?

A través de los registros de la invasión española, podemos conocer el uso de panes para rituales en el México prehispánico, así, se descubrió que hay dos panes y un evento que serían los antecedentes del actual pan de muerto.

El papalotlaxcalli y huitlatamalli: símbolo y diseño.

Uno de los panes más notables de esta época fue el Papalotlaxcalli, que se traduce como "pan de mariposa", utilizado en ofrendas para el dios Huitzilopochtli, señor de la guerra.

El papalotlaxcalli era en realidad una especie de tortilla compuesta principalmente de amaranto y maíz tostado, decorado con masa en forma de mariposas. El amaranto, en particular, tenía un estatus especial debido a su relevancia cultural y espiritual.

Lo más llamativo del papalotlaxcalli era su forma, pues este pan se asemejaba a huesos, una característica profundamente simbólica en el contexto de los rituales relacionados con la celebración de los muertos.

Los huesos eran un elemento central en estas ceremonias, ya que representaban la conexión entre los vivos y los difuntos. Al incorporar esta forma en el pan, se establecía un puente entre la vida y la muerte, siendo esto el símbolo que daría origen al pan de muerto.

Por otra parte, se encontraba el Huitlatamalli, una especie de tamal del que no se tiene mucha documentación, pero que establecen como equivalente de diseño al pan de muerto actual.

Las primeras ofrendas para muertos.

Trátese de panes, bebidas o flores; en el antiguo México, toda ofrenda era hecha para honrar o apaciguar a los dioses, sin embargo, existió un ritual que se dirigía a humanos fallecidos.

Imagen de una Cihuapipiltin, por el Institulo Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI).

Este rito era dedicado a las mujeres que habían perdido la vida durante el embarazo o al dar a luz, quienes eran consideradas deidades llamadas ​​Cihuapipiltin o Cihuateteo. Se decía que tras partir, estas regresaban a la tierra de los vivos a esparcir enfermedades en el aire, afectando principalmente a los niños.

Con el fin de evitar dichos estragos, se les presentaba ofrendas a estos difuntos, entre los que aparecía un pan con un diseño similar al papalotlaxcalli, estableciendo una de las principales bases del uso del pan de muerto.

¿Cómo ha cambiado el pan de muerto a través del tiempo?

Posterior a la imposición española, se produjo un intercambio cultural que dejó una profunda marca en la cocina mexicana en la que la repostería europea, en particular, tuvo un impacto significativo.

Esta evolución ha dejado una huella indeleble en la forma en que se prepara y se disfruta este pan icónico durante la celebración del Día de Muertos.

Nuevos sabores

Ingredientes y técnicas de repostería, previamente desconocidos en América, se fusionaron con las prácticas culinarias locales, creando un nuevo abanico de sabores y texturas.

Variedad de panes de muerto, foto del Gobierno de México.

Uno de los aspectos más notables de esta evolución fue la incorporación de ingredientes como el anís, el agua de azahar, el jugo de naranja y la ralladura de naranja.

Nuevas formas y colores

Los cambios en el pan de muerto no se limitan a los ingredientes, sino también en las diversas interpretaciones regionales, pues cada región de México ha desarrollado su propia versión con formas y sabores únicos que reflejan sus tradiciones y preferencias locales.

Desde la Ciudad de México, donde se encuentra la versión más conocida de pan redondo con "huesitos" y un "cráneo" en el centro, hasta las variaciones en forma de rosca, triángulo, cruz o figuras simbólicas en diferentes partes del país, la diversidad es asombrosa.

Pan de yema oaxqueño, foto de México Desconocido

En Oaxaca se encuentran las "Regañadas", panes con una textura hojaldrada que simbolizan las almas de seres humanos o animales y el pan de yema, hecho precisamente con yemas de huevo, decorado con ajonjolí, y se caracteriza por representa el rostro de una persona fallecida o imágenes religiosas.

Michoacán aloja al llamado "Pan de ofrenda," elaborado con harina de trigo, levadura de soya, azúcar y sal. La masa es moldeada de distintas maneras, resultando en panes en forma de flores y calaveras, estas últimas adornadas con los nombres de las personas que han fallecido y acompañadas de refranes.

No podemos terminar el blog sin mencionar los “Golletes” de Puebla, panes de consistencia seca en forma de rosca y espolvoreadas con azúcar teñida de un particular rosa mexicano. En este mismo estado se encuentra el “Sequillo”, un pan cuyo nombre hace referencia a su consistencia, de típico color amarillo y coronado con semillas de ajonjolí.

Foto de sequillos y golletes, por Infobae

El pan de muerto ha cambiado y se ha adaptado a los distintos entornos multiculturales de México, pero el significado siempre es el mismo, el de honrar a nuestros seres queridos que han partido, así que, independientemente del pan que prefieras, recuerda celebrar esta bella tradición en familia y compartir momentos que duren incluso en la siguiente vida.

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